La primera vez que acudí a comer al restaurante de una escuela de hostelería, reconozco que no las tenía todas conmigo; no sabía a qué tipo de local me llevaban, cómo sería la comida, si habría menú o carta… La cuestión es que me llevé una sopresa más que agradable. Se trataba de un precioso comedor con unas vistas espectaculares (en concreto, era el restaurante de la Escuela de Hostelería de Artxanda, en Bilbao); la carta era muy amplia, y los precios… Increíbles. El servicio, que estaba formado por alumnos de la escuela, no podía ser más atento ni profesional; y la comida, perfecta. Todo eso, por un precio equivalente a la tercera parte de lo que habría costado esa misma comida en un restaurante de lujo.
Estas Escuelas emplean sus restaurantes como forma de dar salida a los platos que cocinan sus estudiantes, además de servirles como financiación extra y como entrenamiento y experiencia para sus futuros empleos.
Yo personalmente conozco dos: la ya mencionada de Artxanda, y la de Madrid Sur. Las dos son inmejorables en cuanto a calidad y servicio, además de precio; el inconveniente mayor que suelen tener estos locales es que normalmente sólo dan comidas (no cenas), y que hay que reservar con antelación.
Infórmate sobre si hay algún tipo de escuela similar en tu zona, y de si disponen de restaurante. Y si es así… ¡No te lo pierdas!
Mónica
En la escuela de hostelería de Donosti, ya desde hace bastantes años (si no ha cambiado) se organizan comuniones, bautizos y eventos varios (bodas no sé) por un coste bastante menor al que se tendría en un restaurante, con un servicio inmejorable. Eso sí, hay que reservar con mucha, mucha antelación.