Una de las opciones que cada vez cobra más protagonismo para la economía domestica y tener un desahogo con los pagos, es realizar las compras con la tarjeta y aplazar los pagos a 3 o 12 meses. Cada vez más familias emplean este sistema sobre todo si hablamos de compras extras que no hagan tambalear las economías y permitir llegar así a fin de mes.
Sin embargo, hay que tener cuidado con la utilización, puesto que nada nos sale gratis. Si bien es un pequeño alivio, la deuda hay que pagarla mes a mes previo interés y en la mayoría de los casos con una comisión por aplazamiento de la deuda.
Son aplazamientos de cantidades no muy grandes que nunca pasan de los 2.000 o 3.000 euros, y que permite flexibilizar los pagos mes a mes, aunque no hay que olvidar que es otra letra más para pagar, lo cual si se hace un uso excesivo de ella, podría causarnos serios problemas e incluso incrementar el endeudamiento familiar.
Es verdad que de acuerdo con los ingresos, se puede escoger entre abonar una cantidad fija en cada vencimiento o pagar un porcentaje sobre el importe dispuesto. En ambos casos hay un mínimo, que se debe añadir todos los meses a los gastos domésticos que afronta la familia.
Sin embargo hay otra modalidad con las tarjetas que es pagar todas las compras a finales o un día en concreto, si se lleva un buen control de los gastos, nos permitirá saber si necesitamos ‘tirar’ de aplazar las compras o podemos afrontarlas sin tener que pagar intereses mes a mes con un aplazamiento de las compras.
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