Ya comenté mi particular visión sobre la burda costumbre de pagar a crédito por cualquier cosa en el artículo sobre las tarjetas de crédito, y hoy os vamos a comentar tres razones por las que pagar por todo en efectivo puede resultar más rentable que pagar con tarjeta, tanto de débito como de crédito.
En el fondo la idea es simple, lo que todos queremos hacer más con menos dinero y os aseguro que comprar a crédito o con tarjeta no ayuda para nada a llegar a esta meta. Partiendo de esta base, ¿porqué pagar con efectivo es más, valga la redundancia, efectivo?
Primero: Sabes por donde se escapa tu dinero.
El principal problema al que nos enfrentamos hoy en día cuando se trata de economía doméstica, es que si pagamos con tarjeta, no vemos el dinero, no tocamos el dinero. Y por consiguiente, es mucho más fácil engañarnos o hacer la vista gorda a la hora de gastar y mucho más difícil de saber al final del mes donde ha ido a parar nuestro salario. Haz tus cálculos y saca una cantidad fija de dinero del cajero cada lunes. Debe durarte hasta el próximo lunes, y no toques las tarjetas. Esto te ayudará a acabar con los pequeños gastos tontos que normalmente terminan convirtiéndose en enormes gastos preocupantes a final de mes.
Segundo: Gastarás menos (bastante menos).
Hay estudios que muestran que de media, el usuario medio gasta de un 12 a un 18% más usando la tarjeta de crédito que usando efectivo. Y sin contar los intereses. Por la misma razón que comentábamos antes, a la mayoría de gente de resulta más fácil sacar la tarjeta y pagar con dinero que no ve, que abrir el monedero y contar billetes de papel. Simplemente te lo pensarás más a la hora de hacer tus compras, y afinarás más en lo que es realmente necesario o lo que realmente quieres.
Tercero: Puedes conseguir chollos.
Usa el morro. El poder del dinero en efectivo puede ser alucinante, verlo, tocarlo, y no solamente para ti, evidentemente. Los dependientes y comerciales lo adoran. Entra en una tienda decidido a comprar un artículo que vale 1.000 euros. Saca 700 euros del cajero y entra en la tienda dinero en mano. Dile al vendedor lo mucho que deseas el artículo pero que esto es lo máximo que te puedes gastar. Algunas veces funcionará y te ahorrarás un buen dinero, otras no y el vendedor te mirará raro, pero el morro y el poder del fajo de billetes juegan mucho a tu favor. Total, el no ya lo tienes, y probar es gratis.
Entendemos que no son ejemplos que vayan a serviros a todos, pero posiblemente os han dado una idea de por donde van los tiros cuando se trata de gastar más o gastar menos según la forma en la que lo hagas y la relación de esto mismo con la percepción que tenemos nosotros mismos del dinero hoy en día.
Si no te convence, siempre estás a tiempo de hacer tu mismo la prueba.
Foto: Maesejose.
esperanza
Este sistema me parece estupendo y funciona totalmente con las personas que son muy dadas al gasto y no «controlan».
Por suerte algunos (yo) me da lo mismo paragar de una manera que de otra. Sujeto mi bolsillo lo más posible y aaunque uso mucho, pero que mucho mi tarjeta, no me gasto más que si lo hiciera en efectivo. Para mí las tarjetas no son más que la comodidad de no llevar dinero metálico.
Un ejemplo:
No hace muchos días que una empresa de venta a domicilio a la qua alguna vez he comprado, me llamó:
¿qué podemos hacer para que Ud. compre? Así literal me lo dijeron
Mi contestación fue «Lo que quieran, porque como no tenga necesidad no les voy a comprar nada a Uds. ni a nadie» Y eso lo llevo a rajatabla.
Amintas
Opino igual que esperanza.
En mi caso la tarjeta es mi aliado. Me permite la gestión de mis gastos ya que controlo los totales y donde lo he gastado. Me reduce el papeleo que me supone la cajita en la que toda la familia pone los tickets de gasto. Con una cuenta online tengo hasta las gráficas de evolución y veo las comparativas con los meses anteriores (cosa de las cuentas online). En fin, que me sirve justo para lo que comentas. Además consigo descuentos en determinados productos (por ejemplo 2% de gasolina 1% en supermercados, etc…) y encima mi dinero está dando intereses más altos en una cuenta remunerada (hablamos de un euro y medio, más o menos). Al final de mes lo saco de la cuenta remunerada y abono lo que se debe del mes anterior.
E. Serveto
Buenas Esperanza y Amintas,
Tenéis toda la razón. Pero por otro lado, parece evidente que vosotras dos no necesitáis de este tipo de consejos, lo estáis haciendo lo mejor que se puede hacer, aún con las tarjetas. Ya me perdonaréis mi cruzada personal contra estos inventos, pero me han dado más de uno y más de dos sustos, y a mi personalmente me iban fatal para estar al tanto de mis finanzas… Precisamente por eso sigo pensando que hay un gran sector de consumidores que no controla el gasto tanto como querría por culpa de esto de «no ver el dinero», a los que espero que haya servido el artículo ; )
Muchas gracias por los apuntes a las dos, es un todo un lujo tener lectores que comentan tan a menudo y con tanta cabeza!
Saludos,
E.